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Antes se pensaba que la inteligencia artificial realmente independiente, o IA, era un concepto de ciencia ficción. Pero en los últimos años se ha producido un crecimiento sin precedentes en el campo de la IA avanzada.
Uno de los últimos grandes avances en inteligencia artificial fue el lanzamiento de una plataforma llamada ChatGPT en noviembre de 2022. Desarrollado por una empresa llamada OpenAI, este chatbot avanzado saltó instantáneamente a los titulares por sus respuestas dinámicas y aparentemente inteligentes a las preguntas de los usuarios.
La Inteligencia Artificial es una tecnología de vanguardia que todavía se está investigando y desarrollando, así que puede que te estés preguntando “qué es ChatGPT y qué lo hace tan especial”. Para entender lo que es ChatGPT, hay que conocer un poco el ámbito más amplio de la inteligencia artificial.
La mayoría de la gente está familiarizada con el término inteligencia artificial y sus conceptos más básicos. Pero lo cierto es que la definición es menos rígida. Ha cambiado mucho a lo largo de los años en respuesta a los avances tecnológicos, y está en constante evolución.
Alan Turing, más conocido por descifrar el código Enigma nazi durante la Segunda Guerra Mundial, fue el primero en popularizar un concepto que denominó "máquinas pensantes". Pero no fue hasta unos años más tarde cuando el informático John McCarthy acuñó oficialmente el término "inteligencia artificial".
McCarthy definió la inteligencia artificial como "la ciencia y la ingeniería de crear máquinas inteligentes, especialmente programas informáticos inteligentes".
Esa definición sigue siendo pertinente hoy en día, pero un concepto tan amplio y complejo difícilmente puede resumirse en una sola frase. Por eso, en los años 90, Stuart Russell y Peter Norvig publicaron un libro de texto fundamental sobre IA, "Artificial Intelligence: Un enfoque moderno".
En su libro, Russell y Norvig dividen el desarrollo de la IA en dos enfoques diferentes. Por un lado, el enfoque humano, que consiste en desarrollar máquinas que piensen y actúen como los humanos. Por otro lado, el enfoque ideológico de la IA, que implica desarrollar máquinas que piensen y actúen racionalmente.
La IA se puede clasificar en distintos tipos, basados en funcionalidades o capacidades.
Identificar la IA en función de sus capacidades da una idea de lo potente o "inteligente" que es. Por ejemplo:
La IA estrecha o "débil" está hecha para realizar tareas específicas. Aunque dan la ilusión de autonomía, responderán a una solicitud exactamente de la misma manera cada vez.
Probablemente te hayas encontrado con todo tipo de soluciones de IA estrecha en tu vida cotidiana: Siri de Apple, Alexa de Amazon, los coches autoconducidos y los sistemas de chat automatizados son un ejemplo de este enfoque ideológico de la IA.
La IA general o "fuerte" sigue siendo un concepto teórico que todavía no existe. Se refiere a una IA que piensa y actúa de forma indistinguible de los humanos. Eso significa que puede tomar conocimientos de operaciones anteriores y aplicarlos en nuevos contextos. Este sería un ejemplo del enfoque humano de la IA.
Otra forma de describir los tipos de IA es por funcionalidad:
Las máquinas puramente reactivas no utilizan la memoria para almacenar datos sobre operaciones anteriores. Sólo pueden reaccionar a un tipo específico de estímulo y sólo trabajan con los datos que se les presentan.
La IA de memoria limitada está un paso por delante de la IA reactiva porque tiene la capacidad de almacenar datos, acceder a ellos y generar un resultado basado en ellos. Hay que señalar que no es una forma de IA general o "fuerte" porque su memoria es limitada y sólo puede aplicarse a tareas específicas.
La IA basada en la teoría de la mente es un ejemplo de IA general o "fuerte" porque aún no existe. Este tipo de IA puede reconocer las emociones humanas y las señales sociales, así como alterar sus comportamientos en función de estímulos externos.
Otro ejemplo de IA general o "fuerte" es la autoconciencia, es decir, que la máquina sea capaz de reflexionar e incluso de sentir emociones. Si la autoconciencia de las máquinas es posible, estamos muy lejos de alcanzarla.
La inteligencia artificial es un campo enorme y complejo. Sería imposible abarcarlo todo en unos pocos párrafos. Aunque esta explicación sólo araña la superficie, debería ser suficiente para saber más sobre ChatGPT.
ChatGPT es un chatbot de inteligencia artificial. Esto significa que un usuario puede introducir una pregunta de texto y recibir una respuesta generada de forma inteligente, lo que permite una conversación de ida y vuelta. Aunque existen plataformas similares desde hace algunos años, lo que hace que ChatGPT sea tan impresionante es su detalle y versatilidad.
Como su nombre indica, ChatGPT es un chatbot. Eso significa que los usuarios pueden entablar una conversación sobre una amplia gama de temas, como aficiones personales, intereses o acontecimientos de actualidad.
Pero las capacidades de ChatGPT van mucho más allá de la conversación. Puede generar una gran variedad de material basado en texto, como correos electrónicos, anuncios o historias completas. Incluso responde a preguntas sobre temas potencialmente complejos, como ciencia, tecnología e historia; lo que resulta muy útil para completar deberes o proyectos de investigación.
ChatGPT también puede contar chistes, sugerir películas, programas de televisión y libros, y dar consejos sobre anécdotas personales. Puede corregir sus propios errores, hacer preguntas de seguimiento y, a menudo, entrar en los detalles más sutiles de un tema específico.
El usuario puede influir en el tono y el contenido de las respuestas de ChatGPT. Por ejemplo, se puede pedir a ChatGPT que genere respuestas en un tono optimista y positivo. Su respuesta será diferente que si se le pide un tono cínico y negativo.
Pero quizá lo más impresionante sea que ChatGPT puede escribir y depurar código informático. Cuando se le presentaron 40 trozos de código incorrecto, los investigadores descubrieron que ChatGPT corrigió con éxito 19 de ellos, un porcentaje de éxito de poco menos del 50%.
Lo que diferencia a ChatGPT de otros métodos automatizados de depuración es que los programadores pueden hacer preguntas de seguimiento. Esto permite a ChatGPT comprobar su respuesta y corregir cualquier error. Esto ayudó a ChatGPT a alcanzar una tasa de éxito del 77%.
A pesar de sus impresionantes capacidades, ChatGPT sigue siendo un sistema de IA de memoria limitada. Se diferencia de otros chatbots en que puede recurrir a respuestas anteriores para actualizar sus resultados actuales. Por desgracia, se limita a un único medio: el chat basado en texto. Eso lo convierte en una forma de IA estrecha o "débil".
Desarrollado por OpenAI, los orígenes de ChatGPT se remontan a 2018, cuando lanzaron la primera versión de su plataforma insignia, el Generative Pre-Trained Transformer (GPT).
Un GPT es un modelo de lenguaje, que es un algoritmo de IA diseñado para comprender y generar lenguaje similar al humano. Aunque hay muchos tipos diferentes de modelos lingüísticos, uno de los más comunes es el modelo de aprendizaje profundo. El aprendizaje profundo es un proceso de "entrenamiento" de la IA que consiste en proporcionarle una gran cantidad de datos para que los analice y aprenda de ellos.
La plataforma GPT de OpenAI es tan potente debido al modelo de entrenamiento único que utilizaron, conocido como “Aprendizaje por Refuerzo” a partir de la “Retroalimentación Humana” (RLHF, por sus siglas en inglés). Este método consiste en reproducir una interacción de chatbot entre dos humanos y, a continuación, pasar la transcripción a la IA para que la analice.
La IA reconoce patrones en los datos, que identifica y almacena como parámetros.
A continuación, los programadores piden a la IA que genere varios resultados basados en esos parámetros. Un humano clasifica los resultados de mejor a peor y se los devuelve a la IA. A continuación, la IA ajusta sus parámetros en función de la mejor respuesta.
Los parámetros son la parte más importante de un modelo lingüístico. Cuantos más parámetros tenga, más dinámico será.
La primera iteración de GPT tenía 117 millones de parámetros. OpenAI lanzó GPT-2 en 2019, que tenía 1500 millones de parámetros.
Tras el lanzamiento de GPT 2, Microsoft realizó una considerable inversión de 1 millón de dólares en OpenAI. Esa inversión dio a OpenAI el impulso necesario para hacer avances de forma rápida y eficiente. Lanzada en 2020, la tercera iteración de GPT fue el modelo de lenguaje más grande de la historia, con más de 175.000 millones de parámetros.
InstructGPT, el predecesor de ChatGPT, se lanzó en 2022 basado en GPT-3. Unos meses más tarde, OpenAI lanzó oficialmente ChatGPT, basado en un modelo GPT 3.5 actualizado.
El lanzamiento público de ChatGPT causó un gran impacto en el mundo de la tecnología y más allá. Mientras que algunas personas están impresionadas por lo lejos que ha llegado la IA en tan poco tiempo, otras advierten de que una IA potente y sin restricciones podría ser peligrosa por varias razones.
Los defensores de la IA argumentan que aporta muchos beneficios. La IA podría sustituir a los trabajadores humanos en trabajos especialmente peligrosos. Una IA también podría realizar tareas tediosas y repetitivas más rápidamente que un ser humano. Además, en teoría, una IA siempre está disponible y trabaja de forma constante las 24 horas del día.
En concreto, ChatGPT tiene un amplio abanico de aplicaciones útiles: puede generar automáticamente nuevos contenidos, como anuncios, correos electrónicos o entradas de blog; puede revisar y resumir contenidos existentes, lo que resulta útil tanto para estudiantes como para profesores; puede ayudar con la traducción y el aprendizaje de nuevos idiomas; y las empresas pueden utilizarla para ofrecer una asistencia rápida y automatizada a sus clientes.
Teniendo todo esto en cuenta, la IA tiene el potencial de hacer que ciertos tipos de trabajo sean más seguros, más rápidos y menos tediosos.
Pero la IA también tiene sus detractores. A medida que las plataformas de IA se hacen más grandes y potentes, menos entendemos cómo funcionan realmente. Un algoritmo de IA puede llegar a ser tan complejo que resulte imposible para los desarrolladores identificar cómo produce sus resultados.
Esto es especialmente peligroso porque ChatGPT a menudo presenta información falsa como hechos, lo que podría contribuir a la propagación de desinformación peligrosa.
También existe la posibilidad de un uso indebido. Aunque ChatGPT cuenta con salvaguardas para evitar la generación de contenidos ofensivos o incendiarios, los usuarios han encontrado lagunas. ChatGPT también podría ser utilizado por los estudiantes para copiar en sus tareas.
ChatGPT tiene otras limitaciones menos graves. Tiene problemas para reconocer estructuras complejas. Sus respuestas son a menudo excesivamente largas y repetitivas, y en ocasiones completamente sin sentido.
Así que, aunque ChatGPT es impresionante, es importante tener en cuenta estos peligros potenciales.
Aunque antes la inteligencia artificial verdaderamente independiente era algo sacado de la ciencia ficción - y todavía está muy lejos - OpenAI nos ha acercado más que nunca con ChatGPT. Ahora mismo, ChatGPT es de uso gratuito, así que puedes probarlo por ti mismo, como ya han hecho millones de personas.
