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Vivimos una auténtica revolución en cómo consumimos entretenimiento. Los servicios de streaming se han convertido rápidamente en la nueva norma, especialmente entre los más jóvenes.
Según una investigación de MNTN Research, la generación Z (nacidos entre 1995 y el 2000) mira en promedio cada día cerca de dos horas de streaming y apenas casi 40 minutos de televisión lineal, lo que resalta la magnitud de esta transformación.
Las plataformas de streaming como Netflix y Spotify han transformado la forma en la que consumimos series, películas y música. Estas no solo han cambiado nuestros hábitos, sino que han sacudido las bases de la industria del entretenimiento.
En esta oportunidad examinaremos cómo el streaming ha fomentado cambios culturales y tecnológicos. Acompáñanos para entender mejor esta revolución en curso y su efecto en tu entretenimiento.
A finales del siglo XVIII las personas ya se suscribían a teatros y óperas. Estos primeros formatos de suscripción ya demostraron el deseo humano de disfrutar del entretenimiento a conveniencia.
Con el tiempo, la tecnología abrió las puertas a nuevas formas de consumo de contenido. Los pioneros de la computación intentaron mostrar música y video en los primeros equipos de cómputo, que surgieron a mediados del siglo XX. Sin embargo, el alto costo y las limitadas capacidades de hardware lo impidieron.
Por suerte, esto cambió a finales de los años 80 y a principios de los 90. En este periodo, los computadores personales evolucionaron lo suficiente como para reproducir diferentes tipos de contenido.
No obstante, el streaming aún no era posible en esta época debido a las limitaciones de un Internet incipiente, cuyas velocidades de transmisión no eran suficientes para soportar contenido en tiempo real.
Finalmente, desde mediados de los 90 hasta inicios de los 2000, inició la revolución del streaming. Gracias a mayores anchos de banda y nuevas tecnologías de Internet, empezaron a aparecer los primeros contenidos con verdadera transmisión en tiempo real.
La banda Severe Tire Damage fue la primera en presentar un concierto en streaming en 1993, con un público de 16 personas en 12 países. En 1995 se transmitió el primer evento deportivo, que fue un partido de béisbol entre los Yankees de Nueva Yorks y los Mariners de Seattle.
Avanzamos al siglo XXI. En este siglo, surgieron las grandes plataformas de streaming y el término «guerras de streaming» describió la feroz competencia entre plataformas como Netflix, Amazon Prime Video y Disney+.
Esta competencia continúa y hoy en día, contamos con más opciones que nunca para disfrutar de contenido original en streaming.
En la actualidad encontramos una asombrosa diversidad de plataformas de streaming. Sin embargo, la mayoría de los usuarios se concentra en unas pocas aplicaciones que dominan el mercado.
Lo más probable es que las conozcas. Aún así, nos gustaría hablar un poco de ellas:
Cine y televisión:
Netflix: conocido por su extenso catálogo de series, películas y contenido original. Netflix se destaca por su estrategia en la producción de contenido original en streaming.
Amazon Prime Video: su ventaja radica en ofrecer contenido original junto con una colección robusta de películas y series clásicas. Además, forma parte del paquete de beneficios de Amazon Prime, que incluye envío rápido en compras.
Disney+: se centra en franquicias conocidas como Marvel, Star Wars y Disney. Ofrece una experiencia familiar con contenido exclusivo. Se trata de una elección popular para las familias.
Industria musical:
Spotify: se destaca por sus algoritmos de recomendación personalizados y listas de reproducción seleccionadas. Además, permite crear y compartir listas de reproducción. Spotify ha creado un gran impacto del streaming en la industria musical.
Apple Music: ofrece integración completa con dispositivos Apple y una calidad de sonido excepcional. También posee una biblioteca de millones de canciones sin interrupciones publicitarias.
Entretenimiento en línea:
YouTube: ideal para contenido generado por usuarios, desde videos cortos hasta transmisiones en vivo. YouTube ofrece variedad en géneros y la posibilidad de explorar creadores de todo el mundo, lo que muchos consideran como el futuro del entretenimiento digital.
Twitch: se especializa en las transmisiones de videojuegos. Su comunidad interactiva es una gran atracción para los gamers, quienes disfrutan el contenido en tiempo real y participan en chats en vivo con streamers.
La revolución del streaming ha transformado de manera irreversible la industria del entretenimiento. Algunos de los efectos más destacados incluyen:
Democratización de contenido: las plataformas de streaming han roto las barreras tradicionales, ya que permiten a los espectadores elegir libremente entre una amplia selección de películas, series y documentales cuando lo deseen. Este modelo bajo demanda libera al público de los horarios programados y permiten maratones de contenido sin interrupciones.
Cambio en el modelo de negocios: el streaming desafía el modelo tradicional de ingresos en la industria del entretenimiento. Las plataformas de streaming dependen principalmente de tarifas de suscripción, lo que genera un flujo de ingresos constante y permite la producción de contenido original.
Contenido personalizado: los servicios de streaming invierten intensamente en contenido original y de alta calidad. Plataformas como Netflix y Amazon Prime se destacan por sus series y películas originales. Esto brinda una plataforma para voces diversas e historias innovadoras que quizás no vean la luz en los marcos convencionales de la industria.
Alcance global: las plataformas de streaming facilitan el acceso a contenido diverso a nivel global. Series como La casa de papel de España y Narcos de Colombia ganaron popularidad más allá de sus fronteras iniciales. Ahora, disfrutamos de una rica variedad de narrativas y perspectivas culturales.
No cabe duda de que el streaming ha transformado la dinámica de múltiples industrias. Pero esto no significa que esté libre de desafíos. Algunos de los retos más relevantes para la industria son:
Derechos de autor y compensación para creadores: la revolución del streaming ha reavivado los debates sobre derechos de autor y la adecuada remuneración de los creadores. Muchos músicos y cineastas sienten que no reciben una compensación justa por su trabajo, a pesar del alcance masivo de las plataformas.
Competencia feroz entre plataformas: las «guerras de streaming» intensifican la competencia entre plataformas deseosas de ofrecer contenido exclusivo. Esto provoca una fragmentación del mercado, donde los consumidores deben suscribirse a múltiples servicios para disfrutar de contenido variado.
Saturación del mercado: el auge de nuevas plataformas de streaming crea un panorama saturado. Con tantas opciones disponibles, las plataformas deben esforzarse por diferenciarse y atraer usuarios fieles, lo que a su vez incrementa sus costos de adquisición de contenido y publicidad.
Sostenibilidad económica de los modelos de suscripción: a medida que las plataformas de streaming buscan expandirse, enfrentan el desafío de mantener sus modelos de suscripción económicamente viables. La creciente demanda de contenido exclusivo y original exige inversiones significativas, lo que pone en duda la sostenibilidad a largo plazo de las tarifas de suscripción asequibles.
Contrario a lo que puedas pensar, la revolución del streaming apenas inicia. Las posibilidades futuras para esta industria son vastas.
Para empezar, lo más probable es que el streaming se verá enriquecido por la integración con las tecnologías emergentes. La realidad virtual (VR), por ejemplo, promete llevarnos a mundos envolventes y experiencias interactivas, donde el espectador no solo consume, sino que participa en el desarrollo de las historias.
Además, la inteligencia artificial (IA) y el big data desempeñarán un papel crucial en la personalización de la experiencia. Al analizar patrones de visualización y preferencias, estas tecnologías nos darán recomendaciones más precisas, ajustadas no solo a los gustos, sino también al estado de ánimo o incluso al momento del día.
Por último, el impacto cultural del streaming será significativo. Su rol en la distribución de contenido multicultural facilita un acceso sin precedentes a narrativas diversas. Esto nos permitirá explorar y entender otras culturas desde nuestras pantallas.
El futuro del entretenimiento digital cambiará cómo vemos el mundo y cómo nos entendemos unos a otros.
La revolución del streaming ya ha creado cambios profundos no solo en el entretenimiento, sino en nuestra sociedad. Lo mejor es que esta industria promete muchos más cambios en el futuro.
Esta tecnología está creando un paisaje donde la innovación y la creatividad van de la mano; y nos brindan acceso a contenido increíble que, de otro modo, no hubiese llegado a nosotros.
Miremos al futuro con optimismo, ya que el streaming continuará en expansión, conectando mundos y enriqueciendo nuestras vidas.
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Gracias al streaming, ahora podemos consumir música al instante y de diferentes autores y géneros musicales. Además, las plataformas de streaming han creado disrupción en los modelos tradicionales de distribución, lo que ha favorecido la democratización del contenido y ha ayudado a la remuneración de los artistas.
La televisión tradicional presenta programación fija y limita al espectador a horarios específicos. En contraste, las plataformas de streaming permiten el acceso bajo demanda y otorgan al usuario el control total sobre qué y cuándo ver.
El contenido original proporciona a las plataformas una identidad única. Además, nos permite explorar historias que difícilmente hubieran llegado a la televisión tradicional. El contenido original, en especial de otros países, también nos permite explorar otras culturas desde casa.
La industria enfrenta cuestiones de derechos de autor, compensación justa para creadores y la saturación del mercado. Además, las plataformas deben encontrar la manera de mantener viables sus modelos de suscripción.
Esperamos avances impresionantes en cuanto personalización y experiencias inmersivas gracias a la realidad virtual y la inteligencia artificial. Con estas tecnologías, no solo recibiremos recomendaciones significativamente más precisas, sino que existe la posibilidad de que podamos participar en las historias.